¿Quién es nuestra Santa Apolonia?

Mucha gente, de visita de enoturismo, al entrar a nuestra ermita nos preguntaba: “¿y esa estatuilla, quién es? Y eso que lleva en las manos, ¿es una tenacilla? 

Pues sí, es Santa Apolonia nuestra patrona, y la tenacilla es referida a ser la patrona de los odontólogos, de ahí su representación y que siempre llame la atención además del contexto en el que se encuentra. De todas maneras, como no hay nada mejor que la lectura para explicar con “pelos y señales” los interrogantes que se nos presentan, os dejamos la historia, la remota y fantástica historia de #SantaApolonia.

SANTA APOLONIA opt

Gracias a antiguas cartas que se han recuperado, se sabe de la existencia de una tal Santa Apolonia, hermana de un eminente magistrado de Alejandría. Mujer “virgen de avanzada edad que siempre se caracterizó por las virtudes de castidad, piedad, caridad, austeridad y limpieza de corazón”.

En tiempos del Imperio Romano, cuando la religión católica empezaba a florecer y era practicada en la clandestinidad, periódicamente se llevaron a cabo persecuciones, torturas y asesinatos contra los cristianos y su religión, quienes fueron convertidos en chivos expiatorios frente al creciente descontento social. Durante estas persecuciones, surgieron muchos mártires creyentes de la fe cristiana y que preferían entregar su vida antes que renunciar a su religión. Cuando corría el año 249 D.C., el gobernador de Alejandría, influenciado por un consejero que se hacía llamar Divino, ordenó injustas represalias contra los cristianos y su religión ya que, según este, los cristianos atentaban contra el Imperio y su monarca.

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Santa Apolonia, la Patrona de los Odontólogos 

En una de esas pesquisas, capturaron a Santa Apolonia y la sometieron a horribles torturas para que dijera lo que ellos le ordenaban que eran una serie de improperios y blasfemias contra Cristo. Al negarse, la turba se enojó y un despiadado perseguidor cristiano le lanzó un poderoso golpe a la cara rompiéndole de esta forma sus dientes que se le cayeron en pedazos. La Santa, con la cara sangrienta, no escuchó ni obedeció a sus torturadores y éstos en vista que no conseguirían nada decidieron amenazarla con una enorme hoguera a las puertas de la ciudad, proponiéndole que si no rechazaba a Cristo, sería quemada atada a un palo. Exhausta, Santa Apolonia, hace suponer que iba pensar lo que se le proponía y les pide que le desataran las manos para elevar sus últimas plegarias al cielo. Los soldados lo hacen y en menos de lo esperado Santa Apolonia salta por voluntad propia a la hoguera ardiente para evitar renunciar a su amada religión. Mientras tanto, la Santa les decía que cuando sufrieran de problemas y dolencias dentales, invocaran su nombre, pues ella intercedería ante el Todopoderoso para aliviar sus penas. De esta manera ofrecía su dolor propio por el de quién pudiese sufrirlo después.

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Los perseguidores junto al gobernador quedaron atónitos al ver que a pesar del fuego, las llamas no la consumían ni le hacían daño alguno, al verlo trataron incansablemente de golpearla para que muriera, pero la mano del Altísimo la protegía. Finalmente fue degollada. Aún cuando en la carta se habla de una mujer madura, al ser representada, su imagen en frescos, pinturas o esculturas, se representa como una joven y hermosa virgen, que sostiene en su mano un fórceps con una molar extraída. Otros artistas la describen con un diente dorado colgado de su cuello. A pesar que la Santa era de oriente, la iglesia occidental es quien la venera, no así la iglesia de oriente, ya que interpretan el acto de valentía de Santa Apolonia como un acto suicida. Pero es San Agustín quién nos explica años más tarde, que se trató de un acto invocado por el Espíritu Santo lo que llevó a esta Santa a comportarse así.

Su muerte se dio en el año 249, siglo III D.C., pero no fue sino hasta 50 años después que la canonizaron. Su día de veneración es el 9 de febrero y se le considera la Santa Patrona de los Odontólogos y de las Enfermedades Dentales. De allí que sea invocado su nombre cuando hay un dolor de muelas. Narrada esta historia por Eusebio de Cesárea (Historia Ecclesiastica, VI) pasó después a los martirologios, incluyéndola Floro el 20 de enero y Adón y los demás el 9 del mismo mes. Su culto litúrgico y popular comenzó a extenderse en Occidente a finales del s. XIII, alcanzando su plenitud durante los s. XV a XVIII, estando atestiguado, además de por los libros litúrgicos, por numerosas tradiciones populares y una abundante y rica iconografía. Era la abogada contra los dolores de muelas, patrocinio que se debe a la forma de su martirio y también a la influencia ejercida por el Thesaurus pauperum del Papa Juan XXI, en uno de cuyos capítulos, De dolore dentium et gengivarum, se añadió: «Fue concedido a S. Apolonia virgen, que aquellos que la invoquen no tengan dolor de dientes durante todo el día». Sus reliquias se encuentran repartidas en varias iglesias de Roma, en la catedral de Plasencia, en la iglesia de S. Roque de Lisboa y en otras diversas iglesias europeas. La iconografía de Santa Apolonia es interesante para los estudiosos de la historia de la técnica dentaria, permitiendo observar la evolución de los fórceps dentales desde el siglo XIV.

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fachada oeste santa maria cardaba